La causa de un dolor de espalda, cuando no está asociado a deformidades o lesiones de la
columna cervical o vertebral,
puede ser simplemente la mala postura. Si nuestro cuerpo se
acomoda en una postura que no es la
adecuada, pueden darse distintos problemas: como dolores de cabeza, fatigas, hernias discales y una mala alineación corporal. Además de afectar directamente a nuestro estado de ánimo.
Las malas posturas a lo largo del día, la ansiedad y el estrés, el exceso o de peso e, incluso, cómo caminamos son factores que pueden ocasionar que esta zona tan delicada se vea expuesta a molestias más o menos intensas.
Se estima que casi el 85% de la población occidental tiene
problemas de espalda debido a diferentes causas. Obviamente, estos datos se acentúan cuando
la población es sedentaria, no tiene hábitos saludables, no hace deporte y tampoco sigue ninguna pauta de alimentación saludable.
Estos son algunos tips que puedes seguir para prevenir el dolor de espalda, cambiando algunas
cosas de nuestra rutina:
Si pasamos mucho tiempo sentados en el trabajo o la escuela, podemos levantarnos cada hora y media para estirar las piernas, darnos un breve paseo de dos minutos por el pasillo
y volver a sentarnos.
Otra idea sería reducir nuestra falta de actividad:
por ejemplo el tiempo que pasamos en el sofá viendo la televisión o los dispositivos electrónicos, lo ideal sería aprovechar las actividades del día a día para caminar, si hay que ir a comprar algo, podemos dar una
vuelta y caminar 20 minutos
más antes de volver a casa.
Respecto a la alimentación, si nos duele la espalda de manera continuada seguramente sea porque tengamos algún kilo de más en la zona abdominal. Por tanto, si reducimos la ingesta de grasas y alcohol a lo largo de la semana, seguro que conseguimos reducir ese
perímetro abdominal y nuestra espalda no se resentirá tanto.
Si el dolor en la espalda ya es parte de nuestro día, entonces te recomendamos realizar estos
sencillos ejercicios de manera constante, por la mañana o antes de acostarnos:
1. Rodilla al pecho
Boca arriba, pies apoyados en el suelo y las rodillas dobladas en forma de
pirámide. Lleva una rodilla al pecho con la ayuda de las manos mientras que la otra pierna queda en el suelo estirada. Debes notar que la zona lumbar (la parte baja de la espalda) se
estira. Mantén la posición de estiramiento durante 15 segundos y cambia de pierna. Debemos hacer este ejercicio tres veces con cada pierna.
2. Rodillas al pecho
Misma forma que el ejercicio anterior, pero haciéndolo con ambas
rodillas a la vez. Repite tres veces y aguanta el estiramiento durante 15 segundos.
3.Giro de cadera
Boca arriba, pies apoyados en el suelo y rodillas formando una pirámide.
Junta ambas piernas como si estuvieran atadas, y mantén quieto el tren superior (de la cintura para arriba), y lleva las rodillas en bloque hacia un lateral (este movimiento lo facilita la cadera). Cuando las piernas toquen el suelo, aguanta 10 segundos y lleva las piernas al otro lado con un movimiento suave y tranquilo. Será suficiente con hacer este ejercicio tres
veces con cada lado.
4.La postura del gato
En posición de cuadrupedia, la espalda recta y la vista clavada en el
suelo. Asegúrate que cabeza, cuello y espalda están totalmente alineados. El movimiento es el siguiente: encorva tu espada hacia arriba
-
como un gato cuando se siente
amenazado
-
durante 10 segundos, aguanta arriba y vuelve a la posición inicial. Bastará con hacerlo tres veces.
5.Por último, termina la rutina haciendo algunas respiraciones que nos ayudarán a conseguir una agradable sensación de tranquilidad y relax, al tiempo que sentirás la
espalda destensada y un alivio generalizado en todo el cuerpo.